El viaje a México fue maravilloso. Siempre, para que esto pase es necesario que se combinen varios factores. En este caso se combinaron todos.
Fue fundamental la infinita generosidad con la que me recibieron Marcelo, Andrea, Lucas y Tomás. Además de ofrecerme su casa en el DF me llevaron a conocer lugares hermosos. También me ayudaron a organizar la parte del viaje que hice solo.
Cuando uno mira y opina carga con sus prejuicios. Seguramente muchas de mis observaciones y opiniones son generalizaciones. Pero, bueno, así es la vida. No me interesa demasiado eso. Escribo estas cosas solo para no olvidármelas.
Siento una particular atracción por América Latina. No desde una visión nac&pop; por el contrario, me siento muy alejado de esas posiciones. Me encanta viajar por América Latina, me siento muy cómodo, y he andado bastante por ella. Hasta tuve la oportunidad de vivir y trabajar en el Paraguay, un país que amo, mi segunda patria.
Pero hasta ahora no había ido a México. Si bien con Patricia varias veces estudiamos la posibilidad, nunca se dio. Es uno de esos lugares, relativamente cercanos, a los que uno piensa que en algún momento irá. Y los va postergando. Seguramente, el hecho de que Marcelo, Andrea y los chicos estén allá hizo que esta vez me decidiera. ¡Y lo bien que hice!
México es un país enorme. Para poder conocerlo más o menos bien es necesario viajar varias veces. Es inagotable. En un mes, solo pude ver una pequeña parte. Es mucho lo que me quedó por conocer. Pero no hay nada más lindo que irse de un país con muchas razones para volver. Además, hay lugares a los que volvería. Porque los vi demasiado rápido, como Palenque, o, simplemente, porque quiero volver a verlos, como San Cristóbal y Yaxchilán.
Una de las cosas que más me sorprendió de México fue la gente. Me sorprendió favorablemente, claro. Ya mencioné esto varias veces a lo largo del viaje. No sé, quizás tenía algún prejuicio al respecto. No quiero decir que pensara que iba a tener problemas con nadie, pero antes de ir no creía encontrarme con lo que me encontré. Personas extremadamente cordiales, simpáticas, curiosas. Durante el viaje traté con mucha gente y en diferentes circunstancias, y no tengo nada malo para decir.
México es un país con montones de lugares de una belleza increíble. Y muchos de ellos muy distintos. Generalmente, cuando durante un viaje recorremos muchos lugares resulta difícil decir cuál es el que más nos gustó. Algunos nos gustan por la geografía; otros, por la gente; otros, por ambas cosas; otros por alguna experiencia en particular... En fin, por lo que sea.
Podría decir que me gustaron todos los lugares que visité. Pero si tuviera que elegir uno sería Chiapas.
La selva es el paisaje que más me gusta.
¡Hasta pronto, México!
lunes, 23 de enero de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
Chichén Itzá
Bueno, finalmente llegó el último paseo: Chichén Itzá. Una excelente manera de terminar el viaje.
Esta es la maravillosa pirámide de Kukulkán. Es realmente imponente.
Esta vez me tocó un grupo casi exclusivamente de argentinos; solo había dos chilenos entre catorce personas. Cuando subí a la combi había cinco. Al escucharlos hablar casi me desmayo: ¡¡Paraguayos!! Pero no, eran formoseños. Me encantó; me trajo muchos recuerdos de mi Paraguay querido. Después se agregaron dos mendocinos y cuatro más de Buenos Aires.
La verdad es que fue un grupo buenísimo. Muy divertido. Y fue clave porque el paseo era de todo el día.
Esta es la maravillosa pirámide de Kukulkán. Es realmente imponente.
Esta vez me tocó un grupo casi exclusivamente de argentinos; solo había dos chilenos entre catorce personas. Cuando subí a la combi había cinco. Al escucharlos hablar casi me desmayo: ¡¡Paraguayos!! Pero no, eran formoseños. Me encantó; me trajo muchos recuerdos de mi Paraguay querido. Después se agregaron dos mendocinos y cuatro más de Buenos Aires.
La verdad es que fue un grupo buenísimo. Muy divertido. Y fue clave porque el paseo era de todo el día.
La pirámide que vemos hoy fue construida por los toltecas. Pero dentro de ella hay otra más pequeña, construida por los mayas.
El sol era aterrador. Esta de abajo es la cima de la pirámide. En maya, Kukulcán es "Quetzalcoatl" (la serpiente emplumada).
El guía, Rubén, estuvo realmente muy bien, lo que ayudó a que el paseo fuera muy divertido. Además, llegamos bastante temprano y todavía no había tanta gente. Cuando salimos había cientos de personas.
Como tantos otros sitios mayas, Chichén Itzá también se salvó por la selva. En el siglo X fue invadida por los toltecas de Tula (los de los atlantes).
Desde hace unos años ya no se puede subir más a la pirámide. Se estaba deteriorando mucho.
Los toltecas adoraban los sacrificios humanos. Arriba de estas caritas se clavaban las cabezas de los sacrificados.
La Plataforma de las águilas y los jaguares se construyó en honor de los guerreros que conseguían a los candidatos al sacrificio.
Esto es parte del Grupo de las mil columnas.
Qué solazo!
El Observatorio.
En este lugar vi las artesanías más feas de México. No parecen mayas. De todos modos, a los turistas les encantan. Yo creo que se las hacen así a propósito, porque se las compran igual. Todo feo: diseño, colores.
Después de Chichén fuimos a un cenote donde se podía nadar. Muy lindo.
Y después, la vuelta. Mañana temprano, avión a DF.
jueves, 19 de enero de 2012
Tulum
El martes a las 4 de la mañana salí de San Cristóbal para el aeropuerto de Tuxtla. Tomé un vuelo a México y ahí conecté a Cancún. Desde ahí en combi hasta Playa del Carmen. Llegué a las 2 de la tarde.
Dejé todo en el hotel y me fui a la playa. Qué lindo mar. Después, a caminar por el centro.
Acá, sí, lleno de turistas europeos. Son clara mayoría los franceses. Después, los italianos. Los españoles desaparecieron; despertaron del sueño y volvieron a la realidad.
Ayer tenía el viaje a Chichén Itzá pero hubo un desencuentro con la agencia y me lo reprogramaron para mañana. Así que fue otro día de playa.
Esta mañana fui a Tulum.
Lo mejor de este sitio es el entorno. Está sobre la costa, que es preciosa.
Hacía calor, pero lo terrible era el sol, que te daba en la cabeza como un soplete.
Tulum es un sitio de ocupación tardía, aproximadamente entre el 1200 y el 1500.
Fue un puerto muy importante.
En 1518 pasó por acá, navegando, Juan de Grijalba, que quedó alucinado por este asentamiento amurallado, todo pintado de rojo, azul y amarillo.
Tulum fue una de las últimas ciudades mayas en ser abandonadas: alrededor de 75 años después de la llegada de los españoles a México.
Hay una bajada a la playa para que puedas meterte en el mar.
El lugar es realmente lindo.
Dejé todo en el hotel y me fui a la playa. Qué lindo mar. Después, a caminar por el centro.
Acá, sí, lleno de turistas europeos. Son clara mayoría los franceses. Después, los italianos. Los españoles desaparecieron; despertaron del sueño y volvieron a la realidad.
Ayer tenía el viaje a Chichén Itzá pero hubo un desencuentro con la agencia y me lo reprogramaron para mañana. Así que fue otro día de playa.
Esta mañana fui a Tulum.
Lo mejor de este sitio es el entorno. Está sobre la costa, que es preciosa.
Hacía calor, pero lo terrible era el sol, que te daba en la cabeza como un soplete.
Tulum es un sitio de ocupación tardía, aproximadamente entre el 1200 y el 1500.
Fue un puerto muy importante.
En 1518 pasó por acá, navegando, Juan de Grijalba, que quedó alucinado por este asentamiento amurallado, todo pintado de rojo, azul y amarillo.
Tulum fue una de las últimas ciudades mayas en ser abandonadas: alrededor de 75 años después de la llegada de los españoles a México.
lunes, 16 de enero de 2012
Cañón del Sumidero y adiós San Cristóbal
A la mañana temprano salí a caminar otro poco por San Cristóbal y sacar unas fotos más. Qué linda es.
A las 9 me vinieron a buscar para ir al Cañón del Sumidero. Está a unos pocos kilómetros al norte de Tuxtla.
Se recorre en un paseo en lancha de dos horas.
El río es el Grijalba.
Había que tener cuidado de no caerse de la lancha porque por ahí andaban unos cocos con hambre.
A la tarde salí a hacer la última caminata por San Cristóbal.
Subí al cerro de Guadalupe, desde donde se tiene una buena vista de la ciudad.
Acá se ve bien eso tan impresionante de muchas ciudades mexicanas: cómo la urbanización se va extendiendo hacia arriba como una alfombra.
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