Salimos muy temprano a la mañana. A eso de las 8 paramos para desayunar.
De nuevo, la travesía en lanchón por el Usumacinta.
Toda esta zona pertenece a la cuenca del Usumacinta. En él desembocan los cursos de agua de las sierras de Chiapas y Guatemala. Desde aquí drenan hacia las tierras bajas de Tabasco y terminan en el golfo de México.
La que se ve en la foto es una escuela primaria, del lado de Guatemala. Los chicos que viven en el lado mexicano cruzan el río y estudian ahí.
Yaxchilán significa "piedras verdes".
Las investigaciones arqueológicas nos cuentan que los primeros pobladores se asentaron aquí hacia el 200 a.C. Vivían de la agricultura, la pesca, la caza y la recolección. También practicaban el comercio con regiones lejanas, como lo muestra el hallazgo de diversos objetos de obsidiana y jade.
Yaxchilán alcanzó su apogeo en el Clásico (siglo III a VIII d.C). Con los otros grandes centros urbanos mayas del área (Palenque, Tikal y Copán) controlaban vastos territorios y ejercían su poder sobre numerosas poblaciones, desde pequeñas comunidades hasta poblados de dimensiones considerables. Todos ellos estaban obligados a tributar para mantener a las metrópolis.
Entre los siglos VII y VIII se construyeron más de cien edificios, agrupados en cinco conjuntos. Sus restos son los que vemos hoy.
Hacia el 800 d.C. Yaxchilán entró en un acelerado proceso de decadencia y, en unos pocos años, quedó deshabitada.
Por aquí se sube al templo principal.
Que es este.
Se han conservado muchas estelas.
Unas poquitas pinturas lograron sobrevivir al paso del tiempo.
Lo más impresionante de Yaxchilán es el entorno, la selva.
Es una selva húmeda tropical, dominada por árboles que conservan su follaje todo el año y suelen pasar los 30 metros de altura.
Hay numerosas corrientes suterráneas que son alimentadas permanentemente por el escurrimiento de agua desde la densa cubierta vegetal.

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