A la mañana temprano salimos para Puebla. La ruta atraviesa un paisaje serrano con bosques de pinos y otros árboles. Se ven cultivos de maíz y de papa.
Puebla es un verdadero sueño. Una ciudad increiblemente linda. La fundaron los españoles en 1531 con el nombre de Ciudad de los Ángeles. Ocho años después fue rebautizada como Puebla de los Ángeles y pronto se convirtió en un importante centro del catolicismo.
En el siglo XVIII la ciudad era una importante productora de objetos de vidrio y de textiles. Con alrededor de 50.000 habitantes, en 1810 era la segunda ciudad de México.
Durante muchos años, en el zócalo de Puebla se organizaron corridas de toros y se hicieron representaciones teatrales. Hoy es una plaza arbolada.
Sin dudas, la figura central de la ciudad es la catedral. Como decía cuando hablaba de la del DF, esta debe estar entre las tres más lindas de América Latina.
Aunque las fotos no dan fe, les juro que es maravillosa.
La construcción comenzó en 1550 y se terminó un siglo después.
Sus torres, de 69 m de altura, son las más altas de todas las iglesias de México.
El 5 de mayo de 1862, 2.000 mexicanos lograron defender la ciudad del ataque de 6.000 franceses. Lo que no se dice es que la mayoría de los invasores murió a causa de la diarrea. De todos modos, el 5 de mayo es una fecha muy celebrada en México. Miles de calles en todo el país llevan ese nombre
Al año siguiente, ya sin problemas gastrointestinales, los franceses ocuparon Puebla y se quedaron en ella hasta 1867.
Lo mejor que se puede hacer en Puebla es mirarla.
Colores y más colores por todas partes.
Enfrente de esta plaza seca almorzamos.
Los balcones son increíbles.
También hay carteles de estos, que son tan lindos.
Con Tomi, en una de las peatonales.
Cholula
A la tarde nos fuimos a Cholula, una localidad que está ahí nomás de Puebla.
Es una ciudad con una importante población estudiantil y, dicen, agitada vida nocturna.
La principal atracción de Cholula es la pirámide Tepanapa, que, de todas las pirámides del mundo, es la que tiene la base más grande. El deterioro de las ruinas hace casi imposible reconocerla. Hay que imaginársela.
Cholula creció como un importante centro religioso durante los primeros seis siglos d. C. Al mismo tiempo, a unos 50 km al noroeste de allí, florecía Teotihuacán.
Así se ven las ruinas hoy.
En 1519, la población de Cholula llegaba a los 100.000 habitantes, y la pirámide todavía estaba en pie. Pero llegó Cortés y, con la ayuda de sus amigos tlaxcaltecas, masacró a unos cuantos miles de cholulos.
Una leyenda cuenta que Cortés ordenó levantar una iglesia por cada uno de los días del año. Otra versión afirma que los españoles construyeron una sobre cada uno de los templos que había en el lugar.
Lo cierto es que, lejos de las 365 de la leyenda, hoy hay en Cholula 39 iglesias.
Y, si uno se para en el centro de las ruinas y se da la vuelta 360 grados, siempre ve la cúpula de una iglesia.
Descansando un poco en la sombra.
Siempre hay alguna escalinata para subir.
La ciudad es muy simpática. También llena de colores.